LAS PELEAS EN LOS VIAJES SI SUCEDEN
- Inside The Closet
- 30 may 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 31 jul 2021
Cuando uno planea un viaje, nunca se tiene en cuenta que en algún momento una pelea podría suceder, más cuando lo único que se ha hecho durante semanas es acumular y aguantar, ténganlo siempre presente. Las peleas no necesitan carta de invitación para tocarnos la puerta, pero esa es historia para otra llorada, porque mientras tuve (o puede que siga teniendo) las que sin duda alguna han sido de las peores semanas en mucho tiempo cuando se supondría que ese dichoso escape de fin de semana a la playa seria mi momento de poder dejar toda la sal de los últimos meses nuevamente donde esta pertenece: el mar. Al parecer mi cuerpo decidió descargar todo el que me tenía acumulado de los excesos que he ingerido. Bonito el timing para venir a hacer esas gracias, ¿no?
Mientras obligatoriamente me he visto en la necesidad de guardar bastante reposo, mi mente solo viene y va al compás de esos flashbacks tropicales; sol, arena, casas de colores vibrantes, el calor infernal de mediodía, raspados sabor chicle que dejan la boca pintada, el sabor de la sal marina impregnada en sus labios y su barba, el color del extenso mar combinando con sus pupilas, y la despedida que no quería dar – quiero asumir que esta vez sí es algo definitivo – pero que era mas que obvia que debía pasar. Ya van dos años de no tener paz mental, sin contar todo lo previo a esto, así que en teoría ya es justo el permitirme pasar la página.
No buscaba algo eterno, buscaba darnos un final feliz.
A mi nunca me enseñaron que los veinte son para disfrutar la soltería, porque siempre he tenido ese chip en mi cabeza que para ser feliz debo tener al pegote al lado. Hasta ahora es que estoy viendo los estragos que suceden cuando no se es capaz de poner límites o incluso, el de dejar las intenciones claras desde un principio, porque creo que, hasta el día de hoy es que comprendo lo importante y vital que es el tener responsabilidad afectiva dentro de una relación; es más, esta debería ser contada como una de las bases fundamentales para discutir antes de dejarse endulzar el oído. Al fin y al cabo, no somos más que adolescentes con una mayor cantidad de responsabilidades y muchas cuentas por pagar; seguimos siendo unos culicagados que creemos que nos las sabemos todas, que podemos ir por la vida pasándonos por la galleta lo que nos aconsejan (perdón, mi costumbre de generalizar mis propios comportamientos y decir que todo el mundo los comete), pero no me nieguen que si hay mucha verdad en lo que digo.
En estos momentos donde mi única arma para combatir las ganas de desaparecerme son las maratones de series, es cuando más látigo me he dado por haberme permitido llevar la carga y el peso de algo vacío durante tanto tiempo, de haber intentado darle un significado a algo que no lo tenía, hice de momentos que debieron quedarse solo en eso porque no tenían más cuerda de donde jalar, situaciones amargas la mayoría de veces. Se que fui yo quien forzó de más lo que no estaba destinado a terminar con ese final feliz de viajes por todo el mundo, living our best life being couple goals, y tomando polaroids en todos los lugares que visitamos, porque tal vez así era la única forma en la que las cosas nos salían bien; teníamos que huir de la realidad en que vivimos, en la cual la compatibilidad se nos extinguió y ese cuadro donde nos retraté no será real más allá de los rincones de mi imaginación.
Irónico que el plan con el cual más nos unimos, fue el que nos terminó separando.
Siempre he dicho que en una relación las cosas más importantes deben ser la confianza y el respeto, pero que irónica es la vida al ponerme todo lo opuesto a eso y que yo haya caído sin medir las consecuencias de lo que hacía, aunque bueno, la verdad es que la fachada que tiene ese error no hacía sino tentarme, y seria de las muchas tentaciones que el diablo pudiese poner en mi camino y caería en todas y cada una de esas oportunidades.
Quiero recuperarme: quiero volver a besar sin enamorarme y visualizar un futuro vano al lado de una persona, quiero volver a emborracharme sabiendo que no tengo que seguir derramando lagrimas por alguien, quiero que las relaciones vuelvan a ser el tema que menos me interese tocar cuando esté hablando con mis amigos porque se que hay mil cosas mas para hablar, pero sobre todas esas cosas, quiero que las lecciones que me dejó el, por fin las pueda aplicar en mi vida.
PDTA: Nuevamente les hago el recordatorio de que las peleas en los viajes son inevitables, no digan que no les avisé.
¡Nos vemos en las redes!
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