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EXPECTATIVAS Y EXPERIENCIAS

Actualizado: 11 may 2019

Durante el transcurrir de la vida, poco a poco se nos van presentando escenarios y personas que, se supone, nos ayudarán a crecer y a mejorar como persona. Sufrimos, lloramos, renegamos, pero finalmente superamos. Es el ciclo natural de una relación fallida, vista desde cualquier ángulo. Algunas veces esta función se cumple, muchas otras se termina pasando por alto.


Por sentido común, el ser humano siempre está buscando la forma de no repetir los mismos patrones, de buscar alternativas y claramente, de evitar situaciones o personas que evoquen ciertos sentimientos; es parte de crecer y sobretodo, de avanzar. Desafortunadamente existe la gente como yo, cuya filosofía se basa en tropezar con la misma piedra más de 4 veces,sin ni siquiera, intentar moverla del camino.


Para algunos los años traen experiencias mientras que para otros solo suman edad. Desafortunadamente en este punto de mi vida no he podido dejar de pensar en qué si... ¿Es posible que algún día tantos tropiezos surjan efecto? O simplemente ¿estoy pagando el karma de algo muy malo que cometí en alguna vida pasada y la factura la estoy pagando con intereses de mora? Con el pasar de los años... ¿nos volvemos sabios, o solo viejos?


Dicen que los 17 son para cometer errores, los 18 y los 19 para aprender de ellos, y de los 20 en adelante para aconsejar. Honestamente no hallo nada de certeza en esa afirmación, ya que, en mi perspectiva, los 20 es la edad en la que más errores se cometen: se eligen amistades equivocadas, se busca llenar vacíos de la forma más fácil posible y terminamos creyendo que nos podemos comer el mundo de un solo bocado. La ingenuidad en su máximo esplendor.


Creo que todo tiene un límite y llegará el momento en el que me de cuenta de que, cada error que se cometa y cada persona que sea mal escogida será un precio por el cual se deba pagar. Es ahí donde caeré en cuenta de lo cruel que se puede llegar a ser con uno mismo por complacer a los demás, pero desafortunadamente ese día no es hoy.


Está bien que hayan altibajos en el camino, porque no todo lo que se recoge es oro, siempre habrá una que otra (o muchas) piedras que se colarán dentro de la maleta con lo bueno que vamos recogiendo, pero si al final son más las ganancias que las pérdidas, es en ese momento en el que nos daremos cuenta de que, no todo fue en vano y que cada mal paso que dimos fue con un propósito. Tal vez no es necesario darnos palo tan duro a nosotros mismos por los desaciertos que cometemos... o tal vez si, pero al final no importa cuantas veces el mismo charco se nos atraviese, después de todo, el arcoíris se termina reflejando allí, y tal vez sea la señal indicada de que, a pesar de la tormenta, el camino por recorrer no será tan espinoso después de todo.

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