UNA Y OTRA VEZ.
- Inside The Closet
- 24 feb 2020
- 3 Min. de lectura
Dicen por ahí que en Bogotá, el caminar bajo la lluvia limpia los pecados, las penas y las tristezas. No fue mi caso, es más, creo que jamás lo ha sido. Con cada paso que daba en esas baldosas resbalosas y húmedas iba sintiendo como poco a poco me consumía al ritmo del cigarrillo que fumaba en ese momento; era como si las cenizas que ese Lucky Strike color azul que se dejaban caer al suelo eran partes de mi que poco a poco se iban desintegrando.
Llegué a casa buscando consuelo en mi cama, en la música, en la marihuana, creyendo que así tal vez podría olvidarme de ese rato amargo. No fue mi caso. Al día siguiente intenté buscar refugio en la llamada palabra Dios, cerré mis ojos y le pedí que no me hiciera pasar por ese Deja Vú despreciable, en el que dejé perder mi esencia por alguien más, en la que puse la felicidad de ese otro por encima de la mía y en la que rogaba por no quedarme solo, porque creía que el estarlo era sinónimo de pérdida, creyendo que si no tenía a nadie al lado no valía nada; la verdad no sé si me haya escuchado, la verdad no sé si alguna vez lo haya hecho. Espero que sí, no quisiera seguir lanzando palabras y plegarias al aire para que sea el viento quien se las terminé llevando, como suele suceder cada cierto tiempo.
Después de dos noches seguidas de pasarlas en vela completamente, sin poder conciliar el sueño, y de darle tantas vueltas a mi cama, empecé a preguntarme, ¿estamos condenados a repetir los errores que creíamos que no volveríamos a cometer?, por más que lo intentemos ¿ese círculo vicioso seguirá caminando a mi lado hasta el último respiro que pueda dar?
Quisiera pensar que no, que por más tropiezos autoprovocados lograré levantarme y seguir adelante como siempre lo he podido hacer. No hay mal que dure 100 años. Pero así mismo decidí pararme en la balanza de la honestidad propia y conociéndome a mi mismo se que no será algo que suceda de la noche a la mañana por más que lo desee, y que desafortunadamente debo volver a recuperar esa coraza de egocentrismo y soberbia para no caer nuevamente en versiones pasadas (las vidas pasadas también cuentan) que detesto. Quiero poder decir que a pesar de que tuve y aún tengo la tentación de volver a caer en esos hábitos que me hicieron daño durante mucho tiempo y que yo mismo, siendo consciente de lo que eso provocaba en mi, no hacía nada al respecto para detenerlo.
En la vida constantemente buscamos cerrar ciclos, cambiar hábitos y limpiarnos de lo que no nos hace bien, y aunque siempre intento escudarme en la excusa de que todo cambiará a mi favor, que las cosas saldrán al final como yo lo espero; como me gusta engañarme a mí mismo. Nada peor que poder engañar a los demás con nuestras palabras sabiendo por dentro que todo es una puerca mentira que no podremos sostener por mucho tiempo. ¿Será que algún día aprenderé...?
Al final del día descubrí que soy experto en amores sin concretar, canciones sin dedicar, en poemas inconclusos e historias sin final; libros a medio leer, posts a medio escribir, cartas sin enviar y noches sin dormir.
(Posdata: tu mismo te encargaste de añadir tu nombre a esa lista)
Comments